
Por Ludmila Aizenberg
Corría un sábado por la tarde, en el cual llegamos a la Villa Fraga en el barrio de Chacarita.
Los nenes sentados, ya cansados de jugar por la tarde a la pelota, se sientan a charlar y ver como va pasando la gente.
Cada nene está sentado con otra pose y mirando a lugares diferentes. Uno de los nenes quería que le sigamos sacando fotos y los otros se reían, pero no querían tantas.
Tienen en sus ojos, esa inocencia tan de niños y sin maldad alguna. Esas miradas que no dicen nada y a la vez dicen todo.
Como dependiendo de la realidad social de cada uno cambian las infancias y las cosas que tienen para divertirse.
Son niños, pero a su vez determinadas circunstancias de la vida o realidades sociales diferentes los hacen parecer más grandes y adultos. Algunos de ellos están obligados a trabajar, otros no, para poder llevar dinero y comida a sus hogares.
Yo me pregunto, ¿qué es la amistad?
Solo me basta con ver esta imagen y darme cuenta el amor que se tienen estos amigos.